Se presenta en la sala Invernadero de los Bonsáis del Real Jardín Botánico-CSIC esta instalación artística que muestra una treintena de imágenes de un bosque en láminas de cristal y 26 esculturas de árboles quemados, recuperados de un incendio forestal, que invitan a recapacitar sobre el daño que estamos haciendo a nuestro medio natural.
Esculturas de árboles quemados, con espejos y vidrios insertados en sus troncos.
España cerró el año 2022 con unas 310.000 hectáreas forestales quemadas, convirtiendo este ejercicio en el peor de todo el siglo y el quinto desde que en 1968 empezaron a consignarse estos datos que, en la actualidad, registra el Ministerio para la Transición Ecológica. Estos incendios, el 40% de todos los ocurridos en la Unión Europea el pasado año, liberaron a la atmósfera 11 millones de toneladas de CO2 con los evidentes efectos negativos para el medio natural, contribuyendo al cambio climático.
La exposición El sueño de los árboles de Mario Valdés, que desde hoy y hasta el 23 de julio se puede ver en el Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), invita al espectador a reflexionar, primero, y concienciar, después, de la importancia de preservar nuestro medio ambiente para evitar esos incendios y otras prácticas nocivas que lo degradan.
La muestra se divide en dos espacios, cada uno con un mensaje bien definido. El primero lo integran 30 imágenes de un bosque frondoso, impresas sobre láminas de cristal. Estas fotografías rodean una escultura luminosa de vidrio que representa una ciudad creada a base de árboles. El objetivo es crear una sensación de frescura, de calma. Como si el visitante viviera en una eterna primavera.
El segundo espacio es una contraposición al primero. Se trata de una instalación artística integrada por 26 árboles quemados, recuperados de un incendio, que tienen insertados en sus troncos espejos y vidrios impresos con fotografías de hojas verdes. El conjunto de árboles se sitúa sobre una superficie cubierta de hojas secas, acompañado de un ambiente sonoro con una grabación de llantos de personas. El objetivo, en este caso, es dar una imagen de desolación y tristeza. Invitar a la reflexión sobre el daño que causamos al medio ambiente y cómo afectará a las generaciones venideras.
Una selección de las imágenes en cristal que abren el recorrido de la muestra.
Resonancia entre espectador y naturaleza
“Con este proyecto he construido un ámbito estético de reflexión en el que invito al público a imaginar sobre la capacidad que tienen los árboles de sentir y por lo tanto de tener sentimientos y conciencia”, señala el artista Mario Valdés.
La forma de las esculturas “y su especial disposición en el Jardín Botánico crea un espacio de resonancia entre el espectador y la naturaleza que remite directamente a la concienciación frente a la deforestación y a un posicionamiento responsable ante la emergencia climática que estamos causando con nuestra sobreexplotación de los recursos naturales”, añade Valdés.
Al caminar entre árboles calcinados, a juicio del artista, sentimos el peso de nuestra responsabilidad y podemos preguntarnos, ¿en qué sueñan los árboles quemados?, y, ¿qué estamos haciendo con nuestro mundo? Las respuestas, según Mario Valdés, “no son sencillas, pero debemos buscarlas si queremos mantener y construir un planeta más verde. Debemos tomar medidas para luchar contra los incendios y la deforestación, si queremos proteger la biodiversidad y los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra”.
La exposición El sueño de los árboles, instalada en el Invernadero los Bonsáis con acceso libre previo abono de la correspondiente entrada al RJB, está comisariada por Juan Carlos Moya Zafra, responsable artísticos y coordinador del Centro de Arte Tomás y Valiente (CEART) de Fuenlabrada (Madrid). Es socio fundador de la Asociación de Gestores de la Comunidad de Madrid (AGETEC) y de la Asociación Estatal de Gestores Culturales.
Asimismo, la muestra cuenta con la colaboración del citado CEART y la Fundación AN-A, una entidad privada sin ánimo de lucro cuyo propósito es la mejora de nuestra sociedad mediante el fomento y el desarrollo cultural, el cuidado y la protección del medio ambiente y la acción social para facilitar el progreso de los colectivos más vulnerables, en el triple objetivo de construir una sociedad más equitativa, inclusiva y sostenible.